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viernes, 15 de enero de 2016

Sola.

A veces me gustaría desaparecer, tal vez un largo tiempo. Estar verdaderamente sola. Aun que pensándolo bien, ahora mismo vivo rodeada de personas, todo el día siento una soledad inmensa, real. Como si nadie comprendiera lo que siento, lo que expreso, lo que soy. 
Todo el día pienso como sería una vida normal, digo, ser "normal", tener amigos, una familia, esperanzas. Y si, tengo una familia, pero no es lo que esperaba, pensaba que una familia te escuchaba y contenía, no tengo esa suerte de poder ser escuchada, de contar lo que realmente siento. 
Me veo tan distinta a los adolescentes de hoy, tan reservada. Mientras veo como mis compañeros de clase salen, se divierten, socializan, yo me encuentro del otro lado, sumamente distante. Encerrada, atrapada entre libros, música y tecnología. Y me gusta ser diferente. No ser otra chica que ama salir, emborracharse, estar obsesionada con la idea de "cuerpo perfecto", o escuchar canciones solamente por estar de moda.
Pero siempre entremedio esta esa soledad, esa sensación ya mencionada. Y también esa sensación de sentirse poco, de sentirse indefensa.
Y solo escucho gritos, escucho quejas y reproches, todo el día. De parte de mi familia, siempre. No soy lo que ellos esperan, nunca hago las cosas suficientemente bien. Y creo que nunca lo haré.
Pienso, pienso todo el día, mi cabeza no para de pensar. Y lloro, lloro a escondidas, sola, con las luces apagadas, salpicando lagrimas en mi almohada. Y creo que así me puedo desahogar. Además de escribir. Siento que puedo sacar todo eso que callo, que ronda en mi mente todo el día, y sentirme un poco mejor.

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